Turismo Cultural

Tierra de íberos, romanos y árabes

La tierra que vio nacer a la Dama, que contempló fascinada el surgimiento medieval de ese prodigio llamado Misteri; que sembró, cultivó y cuidó cientos de miles de palmeras, bajo cuya amable sombra discurre la vida cotidiana de sus ciudadanos; la tierra, en fin, que ha sido merecedora por parte de la Unesco de dos declaraciones de Patrimonio de la Humanidad ha de ser, por necesidad, una tierra de matices y contrastes.

El recorrido sosegado por las calles y plazas del centro histórico de Elche permite descubrir la combinación de construcciones nobles y monumentales (basílica de Santa María, alcázar de la Señoría, torre de la Calahorra, convento de la Merced y Ayuntamiento, entre otros), testimonio de un rico pasado, con los edificios propios de una ciudad joven y dinámica. Esta riqueza arquitectónica se complementa con una red de museos cuyos contenidos son de indudable atractivo para el visitante.

La estratégica situación del primitivo emplazamiento de la ciudad en La Alcudia, dos kilómetros al sur de la actual urbe, marcó su historia. Por ella pasaron varias civilizaciones, cuya huella pervive en su museo y parque arqueológico. Los restos de la cultura neolítica muestran la presencia de asentamientos humanos ya desde cinco mil años antes de nuestra era.

Iberos, romanos y árabes

Los períodos ibero y romano (siglos V a. C. al II d. C.) son los de máximo esplendor en la antigua ciudad, con grandes edificaciones, templos y profusión de esculturas, como la Dama de Elche. Probablemente se convirtió en un foco cultural y religioso del territorio circundante, que recibía a su vez la influencia del Mediterráneo desde el cercano puerto (Portus Illicitanus, en la actual Santa Pola). Durante la etapa como colonia romana, Illici llegó a emitir su propia moneda.

Tras varias incursiones de francos, germanos y bizantinos, la ciudad entra en un período de dominación de la población hispano-romana por parte de la cultura visigoda, adquiriendo nueva relevancia. Llegó a tener obispado propio, con prelados que participan en varios concilios y una basílica de relieve, cuyos restos se pueden visitar en La Alcudia.

Entre los siglos IX y X, los árabes procedentes de Egipto fundan una nueva villa, Ils, dos kilómetros al norte de la anterior, junto al cauce del río, y la protegen con una muralla, de la que aún se conserva su principal torre, La Calahorra. La actividad comercial y económica vive una etapa de esplendor, gracias al desarrollo de la agricultura. Muestra de este bienestar son los Baños Árabes del siglo XII, que se pueden visitar en el centro de la ciudad. El Museo Arqueológico y de Historia de Elche (MAHE) ofrece al visitante una amplia panorámica de los avatares de la urbe, tanto en su antiguo emplazamiento como en el actual, enriquecida con elementos interactivos.